El paraguas.

Paragüero.
El paraguas, se trata de un complemento que solo sirve cuando llueve o incluso cuando hace mucho Sol, se que en ciertas latitudes del planeta así lo usan. Fuera de estos usos su utilidad es más que discutible, quiero decir, complemento más inútil y más engorroso cuando deja de llover no existe en este mundo. Cuando llueve copiosamente y sales a la calle con dicho elemento es evidentemente muy útil pero el problema viene cuando deja de llover asomándose a los pocos minutos un Sol de justicia, la sensación de ridículo al llevarlo en la mano en esos momentos es inmensa. Por no hablar de esas personas que van por la calle con el paraguas y que parecen que te quieren sacar un ojo con la varilla del paraguas, a veces tengo que ir esquivando paraguazos o varillazos.

Modelos de paraguas hay para todos los gustos, de todos los tamaños y de todos los colores, automático, semiatumático, manual, de caballero, señora, niño, grande, pequeño. Personalmente me conformo con que cumpla con su función aunque a veces con esa lluvia fina que cae por estas latitudes no nos sirva de mucho. La lluvia que comento llamada calabobos o sirimiri es una lluvia muy fina con gotas de agua que apenas pesan y que se cuela por doquier, solo se libra la cabeza y los hombros. Otro de los momentos más <<divertidos>> es cuando se sale a la calle con un gran temporal de viento y de agua, encuentras en papeleras paraguas rotos por la fuerza del viento también muchas personas sujetando el paraguas siendo arrastrados por la fuerza del viento cayendo al final en el suelo. Siempre me he preguntado porque salen estas personas con el paraguas como si en estos casos el artilugio en cuestión protegiese de algo, en fin, de todo hay en la viña del Señor.

Un amigo.
Otro de mis grandes quebraderos de cabeza es que siempre me dejo el paraguas por todas partes, menos mal que soy persona de tres o cuatro locales y siempre me lo acabo encontrando. El paraguas que uso es de color marrón y bastante viejo, lo uso desde hace muchos años y lo tengo mucho apego, parece mentira pero cuando lo extravío me preocupo como si hubiese extraviado a un amigo, se trata de muchos años de relación, el paraguas de la imagen me ha tapado de mucha agua. Esta es otra de las grandes cuestiones que me martirizan desde hace tiempo, ¿por qué pierdo los paraguas? He llegado a la conclusión que es un complemento que se fabricó precisamente para eso, para perderlo, esa es su verdadera naturaleza dejarlo por todas partes y no enterarte de ello hasta que empieza a llover teniendo que comprar otro. Por eso escribo esta entrada, es época de lluvias y tengo que llevarlo como quien lleva un amigo que solo sabe incordiar.

La sombrilla de playa es la prima hermana del paraguas pero su uso es bien distinto. Se trata de un artilugio de mucho peso que se clava en la arena de la playa cual blasón que uno pone en nombre de la familia conquistando un terreno que momentáneamente es nuestro mientras estemos allí. El que lleva la sombrilla debe ser una persona con cierta fuerza porque pesa bastante y su uso se ve limitado tan solo a dar sombra a la gente que quiere evitar el Sol en la playa o el merendero, creo que para eso es mejor quedarse en casa, ¿no creéis?

¿Usáis paraguas? Coméntame.

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