Astronomía árabe.

Breve historia.
Astrónomos árabes.

En la historia de la astronomía, la astronomía árabe o musulmana hace referencia al trabajo astronómico dentro del mundo islámico, especialmente durante la Edad de Oro del Islam (siglo VIII a siglo XVI) y transcrito en su mayoría en árabe. Estos descubrimientos fueron realizados principalmente en los sultanatos de Oriente Medio, Asia Central, Al-Ándalus, el norte de África, y más tarde en China e India.

En sus inicios, la astronomía en el mundo islámico llevó a cabo una trayectoria similar a otras ciencias en el Islam, la asimilación de conocimientos extranjeros y la composición de estos elementos dispares para dar a luz a una tradición original. Las principales contribuciones son indias, persas y griegas, conocidas y asimiladas por traducciones.​ Posteriormente, la astronomía árabe ejerce a su vez una influencia significativa en las astronomías india​ y europea​ e incluso en la astronomía china.​

Muchas estrellas visibles a simple vista en el cielo, como Aldebarán (a Tauri) o Altair (Aquilae α), y varios términos astronómicos como «alidada», «acimut» o «Almicantarat» evidencian por su morfología su origen árabe.

Con cerca de 10 000 manuscritos en el mundo, muchos de los cuales no han sido objeto de un inventario bibliográfico, el cuerpo astronómico árabe es uno de los componentes de la literatura científica medieval mejor conservados. A pesar de las lagunas bibliográficas, los textos estudiados hasta la fecha proporcionan una imagen fiable de la actividad astronómica de los pueblos de habla árabe.​

Los árabes mantendrán viva la llama del saber, durante la época del oscurantismo europeo. Los estudios astronómicos interesaron tanto a matemáticos, viajeros, hombres de religión y al hombre común ya que su religión y el Corán tienen abundantes referencias al Sol, la Luna y las estrellas. Aparecieron observatorios públicos y privados por todas partes. La astrología era considerada como ciencia y los soberanos tenían sus astrólogos personales que guiaban muchas de las decisiones de estado. Se ha dicho que la ciencia árabe fue mera imitación de la del Imperio bizantino o del mundo clásico, se ha dicho también que la ciencia árabe-española fue imitación de la ciencia árabe-oriental. Hoy se puede demostrar que no es cierto en absoluto.

Las aportaciones astronómicas árabes llegan con claridad hasta fines del siglo XV. Fueron cinco siglos en los que el islam creó y transmitió ciencia a los deprimidos estados europeos medievales. Sus astrolabios, cuadrantes, dióptricos y brújulas están en los estantes de nuestros museos. Pero lo que es aún más importante, es que los principales astrónomos y matemáticos que inauguran la nueva época de las ciencias: Copérnico, Tycho Brahe, Kepler, Galileo y Newton bebieron en las fuentes de Alfarganí, Alzarcalí, y Albatani.

Astrónomos árabes.
Muhammad al Fazarí.
Abu abdallah Muhammad ibn Ibrahim al-Fazari (f. 796 o 806) fue un filósofo, matemático y astrónomo musulmán. Mientras que algunas fuentes se refieren a él como árabe, otras fuentes dicen que era persa. Al-Fazari tradujo muchos libros científicos al árabe y al persa.​ Se le atribuye él ser el primero que construyó un astrolabio en el mundo islámico.​ Junto con Yaqub ibn Tariq y su padre, ayudó a traducir el texto astronómico indio de Brahmagupta (quien vivió en torno al siglo VII), el Brahmasphutasiddhanta, al árabe como Az-Zīj ‛alā Sinī al-‛Arab11​ o el Sindhind. Esta traducción fue quizás el medio mediante el cual los números arábigos fueron transmitidos desde la India al Islam, más de al-Fazari.

Al-Fargani.
Abul’l-Abbas Ahmad ibn Muhammad ibn Kathir al-Farghani (805 – 880), conocido como Alfraganus o Alfergani, nació en Fergana, Sogdiana (actual Uzbekistán). Fue uno de los astrónomos persas más célebres del siglo IX.

Estuvo involucrado en el cálculo del diámetro de la Tierra por la medición del arco de meridiano de longitud, junto con un equipo de científicos en el marco del patrocinio de Mamun en Bagdad. Escribió en Colmar "Elementos de Astronomía" en el que trataba del movimiento de los objetos celestes, inspirado en el Almagesto de Ptolomeo. Intervino en la revisión de las tablas astronómicas de Ptolomeo y escribió otra introducción a la astronomía y dos obras más sobre los relojes solares. Más tarde se trasladó a El Cairo, donde compuso un tratado sobre el astrolabio alrededor de 856. Allí también supervisó la construcción del gran Nilómetro en la isla de Rhoda (en el Viejo Cairo) en el año 861.

Los Elementos de Astronomía fueron el libro de astronomía más conocido hasta el siglo XV tanto en Occidente como en Oriente. Este libro fue traducido al latín en el siglo XII y tuvo gran influencia en la astronomía Europea antes de que apareciera el astrónomo Regiomontano. Dante Alighieri tenía conocimientos de la astronomía Ptolemaica, lo que se evidencia en su Divina Commedia y en otras de sus obras como el Convivio, conocimientos derivados sin duda de sus lecturas de Alfraganus.5​6​ En el siglo XVII el orientalista holandés Jacob Golius publicó el texto arábigo con base en un manuscrito que había adquirido en el Cercano Oriente, con una nueva traducción al latín y numerosas notas, más de al-Farghani.

Al-Juarismi.
Sello emitido el 6 de septiembre de 1983 en
la Unión Soviética como conmemoración
del aniversario 1.200 del matemático persa.


Abu Abdallah Muḥammad ibn Mūsā al-Jwārizmī (Abu Yāffar), conocido generalmente como al-Juarismi, fue un matemático, astrónomo y geógrafo; persa​ musulmán, que vivió aproximadamente entre el año 780 y 850.

Poco se conoce de su biografía, a tal punto que existen discusiones no saldadas sobre su lugar de nacimiento. Algunos sostienen que nació en Bagdad. Otros sostienen que nació en la ciudad Corasmia de Jiva, en el actual Uzbekistán. Hay desacuerdos entre historiadores en las descripciones de la vida y las obras de al-Juarismi. Estudió y trabajó en Bagdad en la primera mitad del siglo IX, en la corte del califa al-Mamun. Para muchos, fue el más grande de los matemáticos de su época.

Debemos a su nombre y al de su obra principal, "Hisāb al-ŷabr wa'l muqābala", nuestras palabras álgebra, guarismo y algoritmo. De hecho, es considerado como el padre del álgebra y como el introductor de nuestro sistema de numeración denominado arábigo.

Hacia 815 al-Mamun, séptimo califa Abásida, hijo de Harún al-Rashid, fundó en su capital, Bagdad, la Casa de la sabiduría (Bayt al-Hikma), una institución de investigación y traducción que algunos han comparado con la Biblioteca de Alejandría. En ella se tradujeron al árabe obras científicas y filosóficas griegas e hindúes. Contaba también con observatorios astronómicos. En este ambiente científico y multicultural se educó y trabajó al-Juarismi junto con otros científicos como los hermanos Banu Musa, al-Kindi y el famoso traductor Hunayn ibn Ishaq. Dos de sus obras, sus tratados de álgebra y astronomía, están dedicadas al propio califa.

De su tratado sobre astronomía, Sindhind zij, también se han perdido las dos versiones que escribió en árabe. Esta obra se basa en trabajos astronómicos indios "a diferencia de manuales islámicos de astronomía posteriores, que utilizaron los modelos planetarios griegos del 'Almagesto' de Ptolomeo.​ El texto indio en que se basa el tratado es uno de los obsequiados a la corte de Bagdad alrededor de 770 por una misión diplomática de la India. En el siglo X al-Maŷriti realizó una revisión crítica de la versión más corta, que fue traducida al latín por Adelardo de Bath; existe también una traducción latina de la versión más larga, y ambas traducciones han llegado hasta nuestro tiempo. Los temas principales cubiertos en la obra son los calendarios; el cálculo de las posiciones verdaderas del Sol, la Luna y los planetas; tablas de senos y tangentes; astronomía esférica; tablas astrológicas; cálculos de paralajes y eclipses; y visibilidad de la Luna, más sobre al-Juarismibiografia y vida.


Thabit ibn Qurrá.
Thabit ibn Qurra ibn Marwan al-Sabi al-Harrani (8261​ Harrán, actual Turquía - 901, Bagdad). Su nombre indica que era procedente de la secta de los sabeos (en latín se denominaba a veces como Thebit). Destacó en su época como un gran astrónomo y matemático. Resulta sorprendente su gran conocimiento de idiomas, habilidad que le facilitó viajar muy a menudo por la mayoría de los países del Islam. En su juventud fue invitado por Muhammad bin Musa bin Shakir (que era uno de los hermanos de Banu Musa) a estudiar a Bagdad en la Casa de la sabiduría. Fue allí donde ingresó en la secta de los Sabianos muy interesada en astronomía y matemáticas. Después de su muerte, su nieto Ibrahim ibn Sinan continuó la obra de su abuelo, investigando las curvas matemáticas de los relojes de sol.

En astronomía fue uno de los más tempranos reformadores de la visión Ptolemaica, analizó varios problemas de movimiento de los planetas y del movimiento aparente sobre el horizonte de la Luna y el Sol y a resulta de estas investigaciones pudo escribir tratados de Gnomónica indicando como se podrían construir relojes de sol. Trabajó en la determinación del movimiento de rotación de la tierra y obtuvo mucho éxito, posteriormente Nicolás Copérnico lo menciona en su obra ya que Thabit determinó la longitud del año sideral en 365 días, 6 horas, 9 minutos y 12 segundos (con un error de sólo 2 segundos), más de Thabit ibn-Qurrá.

Al-Battani.
Retrato figurado de al-Battani.

Al-Batani (c. 858–929), fue un príncipe, astrónomo, astrólogo y matemático árabe. Su nombre completo es Abū `Abd Allāh Muḥammad ibn Jābir ibn Sinān al-Raqqī al-Ḥarrānī aṣ-Ṣābi` al-Battānī , latinizado como Albategnius, Albategni o Albatenius y deriva de su ciudad natal Harrán, cerca de Urfa (Mesopotamia), en la actual Turquía. Es muy conocido por haber logrado una determinación precisa del año solar como 365 días, 5 horas, 46 minutos y 24 segundos. Trabajó en ar-Raqqah (Siria, en la orilla norte del río Éufrates) y en Damasco (capital de Siria). Murió en Qasr al-Jiss, cerca de Samarra (en Irak, a orillas del río Tigris).

De sus observaciones en Ar Raqqah y Damasco, donde murió, fue capaz de corregir algunos de los hallazgos de Ptolomeo, que previamente eran tenidos como auténticos. Se dio cuenta, por ejemplo, que el punto que Ptolomeo había indicado como afelio se desplazaba y calculó la velocidad de dicho movimiento con bastante exactitud. También determinó el momento del equinoccio con un error menor a las dos horas y logró calcular con muy poco error el ángulo que forma el eje de la Tierra con su plano de rotación. Copérnico menciona su deuda con Al-Battani y lo cita en su obra1​ que inició la revolución copernicana: De Revolutionibus Orbium Coelestium, más de al-Battani.

Maslama al-Mayriti.
Âbû-l-Qâsim Maslama ibn Âhmad al-Faradi al-Hasib al-Qurtubî al-Maŷrîtî , o simplemente Maslama al-Mayriti (Madrid, c. 950-Córdoba, c. 1007), fue un astrónomo, astrólogo, alquimista, matemático y polígrafo hispanoárabe.

Nacido a mediados del siglo X en Madrid, su nasab o gentilicio, al-Maŷrītī, significa el madrileño. Es el más famoso de los primeros madrileños de nombre conocido, aunque en las fuentes se recogen nombres de otros personajes originarios o residentes en Madrid anteriores incluso a Maslama.
Fue uno de los intelectuales de mayor reputación del Califato de Córdoba, y se le llegó a conocer como el Euclides de España. Fue un gran astrónomo, resumió las tablas de Al-Juarismi y tradujo el Planisferio de Ptolomeo. Estos conocimientos se habrían transferido posteriormente a los reinos cristianos, sirviendo para construir los primeros astrolabios, como el de Barcelona (o de Destombes).

También fue el consejero astrológico de Almanzor, indicando los momentos oportunos en que debía empezar sus campañas, y se dice que pronosticó el fin del Califato y los detalles de cómo iba a ocurrir mucho antes de que tales hechos pasaran. La leyenda dice que tuvo una hija y colaboradora, llamada Fátima de Madrid, pero la existencia de este personaje no está atestiguada por las fuentes históricas. Murió entre 1007 y 1008 en Córdoba, más de al-Mayriti.

Ibn al-Samh.
Abū al‐Qāsim Aṣbagh ibn Muḥammad ibn al‐Samḥ al‐Gharnāṭī (Córdoba, c. 979-Granada, 29 de mayo de 1035), más conocido como Ibn al‐Samḥ, también al‐Muhandis («el geómetra»), o su forma latinizada Abulcasim, fue un matemático y astrónomo andalusí de finales del siglo X y principios del siglo XI.

En astronomía, Ibn al-Samh, al igual que su maestro Maslama al-Mayriti, compuso un un tratado con tablas astronómicas basado en el Zīj al-Sindhind de Al-Juarismi, que había sido compuesto en Bagdad en el siglo IX. El historiador Ibn Jaldún menciona que Ibn al-Samh escribió un resumen del Almagesto.

Ibn al-Samh también compuso un tratado sobre la construcción y el uso del astrolabio (Kitāb al-'Amal bi-'l-asṭurlāb). Aunque el tratado de Ibn al-Saffar sobre el astrolabio se hizo más popular, su libro, de 129 capítulos, es el tratado más completo escrito en la península ibérica durante la Edad Media sobre el uso del instrumento. El texto es especialmente interesante porque trata cuestiones que no suelen analizarse en obras de este tipo, como la visibilidad de la Luna y su latitud y longitud. Su Kitāb al-'Amal también es importante porque en él se cita una obra desconocida de Habash al-Hasib al-Marwazi, evidenciando claramente que este astrónomo oriental era conocido en al-Ándalus a finales del siglo X. El texto también muestra que la escuela de Maslama al-Mayriti conocía y utilizaba las obras de Al-Battani. El Kitāb al-'Amal fue la fuente de un tratado sobre el uso del astrolabio esférico compuesto en la corte de Alfonso X el Sabio.

Su tratado sobre la construcción del equatorium (instrumento concebido originalmente en al-Ándalus y desarrollado posteriormente en la Europa cristiana) es otra de las principales contribuciones de Ibn al-Samh a la astronomía. De hecho, este tratado es el primer trabajo conocido que trata este instrumento, anterior a las obras de Azarquiel y Abu Salt de Denia. Su tratado se conserva en la traducción incluida en el Libro del saber de astrología de Alfonso X el Sabio. El instrumento descrito por en el tratado es un híbrido astrolabio-equatorium. Ibn al-Samh da los parámetros numéricos necesarios para la construcción del equatorium y utiliza los valores de Al-Battani para las longitudes de los apogeos de los planetas, los valores de Al-Juarismi y Maslama para los nodos ascendentes de los planetas, y los valores de las excentricidades y los radios de los epiciclos de los planetas del Almagesto, más de al-Samh.

Un equatorium (plural, equatoria) es un instrumento astronómico empleado para encontrar las posiciones del Sol, la Luna y los planetas en el horizonte del lugar sin el empleo explícito de extensos cálculos astronómicos, solo mediante el uso de geometría. Este tipo de dispositivos permitía la representación de los cuerpos celestes incluido el movimiento anomalístico. El equatorium tiene ocho placas (una para el Sol, seis para los deferentes de la Luna y los cinco planetas, y una para los epiciclos planetarios) cuidadosamente explicada y colocada dentro de la mater de un astrolabio. Este instrumento ayuda a determinar la longitud de un planeta y ahorra a los astrónomos una gran cantidad de tiempo 

Azarquiel.
Azarquiel o Al-Zarqali (Toledo, c. 1029 - Sevilla, 1087),​ de nombre completo Abū Isḥāq Ibrāhīm ibn Yaḥyā al-Naqqāsh al-Zarqālī, fue un importante astrónomo y geógrafo de Al-Ándalus.
El nombre Azarquiel es la forma latinizada de una especie de apodo con el que era conocido en vida debido a sus intensos ojos azules (zarcos). Vivió en Toledo hasta que en 1085 la conquista castellana de la ciudad lo llevó a emigrar a Sevilla, donde murió. En la actualidad el cráter lunar Arzachel lleva este nombre en memoria de Azarquiel.

Su obra la conocemos fundamentalmente a través de las traducciones que hicieron los especialistas en astronomía encargados de la obra científica del scriptorium real de Alfonso X el Sabio. Así, entre 1225 y 1231 el también judío toledano Yehuda ben Moshe y Guillelmus Anglicus tradujeron su Tratado de la azafea al latín, que fue vertido en los años 1260 al castellano por el mismo judío toledano, llamado en los prólogos de las obras alfonsíes Yehuda Mosca o Mosca el Coheneso.

Piezas de astrolabio árabe.

Una de las más citadas contribuciones de Azarquiel fueron la compilación de las Tablas Astronómicas de Toledo en su versión árabe. Sin embargo, resulta paradójico que, en realidad, Azarquiel tuviera una aportación a este respecto menos importante, ya que fue un trabajo realizado por Al-Juarismi y Al-Battani. Según lo que se deduce del estudio de las tablas de Toledo, Azarquiel estaba en disposición de realizar predicciones de suma importancia dentro de la Astronomía. Las Tablas tenían como función principal la de ofrecer a los astrónomos las posiciones en el cielo de cierto tipo de astros y las fechas en las que tenían lugar determinados fenómenos cósmicos (como las fases de la Luna, etc.). Por tanto, eran empleadas para poder concretar la situación exacta de un cuerpo celeste en épocas futuras. Azarquiel, que tenía en su poder datos precisos sobre multitud de fenómenos gracias a la labor de sus ayudantes, pudo emplear las Tablas para predecir los eclipses solares que sucederían años, e incluso siglos, más tarde. La precisión de las Tablas era tal que Pierre Simon de Laplace (1749 - 1827), uno de los más destacados matemáticos de la Ilustración, seguía utilizando las observaciones y anotaciones de Azarquiel para realizar los cálculos de las posiciones y predicciones planetarias.

Al parecer, también fue capaz, mediante el análisis detallado de los datos recabados, de poder predecir la aparición de cometas. Sobre esto hay que ser, no obstante, un tanto cautelosos, ya que no se dispone aún de los conocimientos necesarios para poder asegurar tal extremo. Resulta posible, a pesar de todo, que Azarquiel pudiera en efecto tener conocimiento de algún procedimiento por el cual llegara a predecir la aparición de un cometa. Si esto fuera cierto, Azarquiel aventajaría en casi 700 años a Edmund Halley (1656-1742), quien comprendió que el cometa que lleva su nombre y que se había observado en 1681 era el mismo que otros astrónomos vieron en 1604, y que retornaría a las proximidades del Sol en 1757. Halley sentó las bases para poder determinar asimismo el año aproximado de retorno del cometa empleando unas pocas observaciones del mismo. Pero la mayor aportación de Azarquiel a la astronomía la constituye el desarrollo de la azafea, una variedad del astrolabio que permitía que el observador no necesitara encontrarse en un lugar determinado para desarrollar los cómputos astronómicos, sino que podía ser usado en cualquier latitud terrestre, lo que le convertía en un instrumento ideal para ser usado en la navegación.

Azarquiel realizó estudios e investigaciones en varios campos de la Astronomía. Por ejemplo, fue capaz de encontrar cuál era el movimiento del apogeo solar (la distancia máxima entre la Tierra y el Sol). Azarquiel pudo determinar con una gran precisión que el punto del apogeo solar variaba en 1 grado cada 299 años, analizando las observaciones que se disponían al respecto durante los últimos 25 años.

También tuvo Azarquiel interés en el tema de la precesión de los equinoccios. Escribió un trabajo sobre ello, hoy en día desaparecido, en el que describe de qué manera podría explicarse este hecho. Como la Tierra es un astro que recibe la influencia básica del Sol y de la Luna y, en menor medida, de los otros planetas del Sistema Solar, su movimiento de rotación presenta una ligera variación a lo largo del tiempo. En grandes periodos de tiempo, los polos del planeta no se dirigen siempre al mismo sitio, sino que van modificando la dirección a la que apuntan debido al movimiento de rotación terrestre; esto es lo que se denomina precesión de los equinoccios. En el fondo, es como si la Tierra se comportara como una peonza; su eje, a medida que gira, cambia ligeramente, más de Azarquielbiografía y vida.


Al-Sufi.
Azophi.

Abd Al-Rahman Al Sufi (7 de diciembre de 903-25 de mayo de 986) fue un astrónomo de origen persa, conocido también como 'Abd ar-Rahman as-Sufi, o 'Abd al-Rahman Abu al-Husain. En Occidente se lo conoce abreviadamente como Azophi y es con este nombre con el que se le ha inmortalizado asignándole el cráter Azophi en la Luna.

Vivió en la corte del Emir Adud ad-Daula en Isfahán, Persia, y trabajó traduciendo y expandiendo con comentarios obras de contenido astronómico procedentes de los Griegos, en especial el Almagesto de Ptolomeo. Hizo hincapié en corregir datos de algunas estrellas ya descritas por Ptolomeo y sobre todo revisó brillo y la magnitud. Fue uno de los primeros en averiguar y describir la agrupación de estrellas Magallanes, que solo es visible desde Yemen; no en la ciudad donde residió Isfahán y que no fue divisada por un europeo hasta que hizo el viaje Magallanes en el siglo XVI, así cómo la galaxia de Andrómeda, la cual describe cómo una pequeña nube.

Se le considera como uno de los mejores traductores al idioma árabe de las obras astronómicas procedentes del mundo helenístico y sobre todo de aquellas que procedeen de Alejandría, fue el primero que intentó relacionar el nombre de las estrellas y constelaciones en griego con la denominación en árabe, tarea muy importante ya que muchas estrellas carecían de traductores y a veces se confundían.

Fue uno de los primeros en observar que el plano de la eclíptica está inclinado respecto al ecuador celeste y realizó cálculos para averiguar la duración del año trópico. Observó, describió y catalogó las características de las estrellas, identificando sus posiciones, su magnitud aparente, su brillo, color y fue asociando las estrellas a sus correspondientes constelaciones. Para cada constelación proporcionó dos dibujos uno con el punto de vista desde fuera de la esfera celeste y otro con el punto de vista desde dentro de la esfera celeste (tal y como se puede ver desde la tierra). Al Sufi escribió sobre la medición y uso del astrolabio, encontrando numerosos nuevos usos para este instrumento.

Al Sufi publicó su famoso "Libro de las estrellas fijas" en 964, describiendo mucho de su trabajo de observación astronómica en ambos formatos textual y con abundantes pinturas,  más de al-Sufi.


al-Tusi.
Al-Tusi en un sello iraní conmemorativo del
700 aniversario de su muerte.
Abu Jafar Muhammad Ibn Muhammad Ibn al-Hasan Nasir al-Din al-Tusi, conocido como Nasir al-Din al-Tusi (Tus, Jorasán, Persia, 1201–1274, cerca de Bagdad) fue un científico, filósofo, matemático, astrónomo, teólogo y médico persa chií. Fue un escritor muy prolífico en dichas áreas. Su nombre está eternizado en la denominación de un cráter de 60 km de diámetro en la Luna.

Se considera a Tusi como el científico más eminente en el campo de la observación astronómica entre los periodos de Ptolomeo y Copérnico. Inventó una técnica geométrica denominada acople Tusi que ayuda a la solución cinemática del movimiento linear como suma de dos movimientos circulares. Tusi calculó el valor de 51 segundos sexagesimales para la precesión de los equinoccios e hizo enormes aportaciones a la construcción y uso de algunos instrumentos astronómicos incluyendo los astrolabios y los cuadrantes solares.

Tusi elaboró tablas astronómicas, las Tablas ilkhanicas (Zīj-i Īlkhānī), muy precisas sobre los movimientos planetarios. Este libro contenía posiciones en formato tabular con las posiciones de los planetas y el nombre de las estrellas. El sistema planetario propuesto por él fue el más avanzado de la época y fue usado extensivamente hasta el advenimiento del modelo heliocéntrico en tiempos de Copérnico. El observatorio astronómico de Maraghe (en el norte de Irán) se construyó para desarrollar el trabajo de este científico, más de al-Tusi.

Ulugh Beg.
Sello de Ulugh Beg emitido en la Unión Soviética.

Muḥammad Ṭaraghāy ibn Shāhruj ibn Tīmūr, conocido como Ulugh Beg (22 de marzo de 1394 – 27 de octubre de 1449) fue un gobernante timúrida, sucesivamente gobernador de Transoxiana y Turquestán, regente (12 de marzo de 1447 - 27 de octubre de 1449) y sultán. También destacó como astrónomo y matemático. Su nombre aparece también como Uluğ Bey, Ulugh Bek y en algunas ocasiones como Ulug Bek, honorífico que puede traducirse como Gran Príncipe. La experiencia científica de Ulugh Beg no estuvo acompañada por sus habilidades en la gestión pública y política de hecho fue decapitado por orden de su hijo  mayor Abd ul-Latif, cuando se dirigía a La Meca.

Durante su vida tuvo un gran interés por la astronomía y en 1428 construyó un observatorio astronómico enorme denominado Gurjani Zij muy similar a la instalación de Tycho Brahe que denominó Uraniborg. En el observatorio instaló instrumentos de gran tamaño para que fuera posible hacer medidas de precisión; así, instaló sextantes (fajri) con radios de cerca 36 metros y una separación óptica de 180" (segundos de arco). Construyó relojes de sol inmensos.

La obra de Ulugh se centra en astronomía y se puede decir que en 1437 determina la longitud del año sidéreo como 365.2570370... días: 365 días, 6 horas, 10 minutos y 8 segundos (con un error +58 segundos). En sus medidas empleó un gnomon de casi 50 metros de altura. Este valor fue mejorado años después (en 1525) por Copérnico (1473-1543) en una diferencia de solo 28 segundos apelando a valores del astrónomo Thabit ibn Qurrá (826-901).

Ulugh Beg fue notable no solo en los campos de astronomía sino que además destacó en matemáticas abriendo nuevas fronteras en la trigonometría y en la geometría, más de Ulugh Beg.

Sobre los árabes, indues, musulmanes ... 
Existieron otros eruditos en el mundo árabe pero sus aportaciones a la astronomía fueron escasas. Todos estros astrónomos, matemáticos, filósofos, realizaron la tremenda labor de mantener viva la llama de la sabiduría grecorromana cogiendo el relevo de éstos traduciendo y conservando muchos textos filosóficos, matemáticos, astronómicos que habrían desaparecido sin remedio, de hecho se cree que Aristóteles escribió más de 200 tratados de todo tipo de los que nos han llegado solo 31, aunque Aristóteles era un filósofo y no un astrónomo nos puede servir de ejemplo de cuanto se perdió por el camino.

La influencia de estos astrónomos en la astronomía moderna es innegable, cogieron el relevo de la Grecia Clásica y siguieron avanzando en el desarrollo de esta ciencia mientras la Europa Occidental se hundía en el abismo del oscurantismo religioso. Cuando llegó lo que se conoce como Renacimiento todos los astrónomos europeos deben sus trabajos a estos astrónomos árabes ya que solo ellos poseían el conocimiento necesario para desarrollar esta ciencia de hecho el Renacimiento se produce como relevo al fin de la Época de Oro del Islam.

Tal solo un rey, Alfonso X El Sabio (1221-1284) rey de Castilla, pretendió acumular todo el conocimiento de la época y para rellenar el agujero de la ciencia en general tradujo textos del árabe y del hebreo al latín o al castellano de entonces, fundó 'La Escuela de Traductores de Toledo', es otro ejemplo de cual era la situación del conocimiento en Europa Occidental.

Las biografías no son muy detalladas porque dependiendo de las fuentes bailan las fechas y lugares, la imágenes como siempre son icónicas.

Actualizado el 4 de noviembre del 2.017.

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