Astronomía del Renacimiento I

El Renacimiento
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Renacimiento, es el nombre dado a un amplio movimiento cultural que se produjo en Europa Occidental durante los siglos xv y xvi. Fue un período de transición entre la Edad Media y los inicios de la Edad Moderna. Sus principales exponentes se hallan en el campo de las artes, aunque también se produjo una renovación en las ciencias, tanto naturales como humanas. La ciudad de Florencia, en Italia, fue el lugar de nacimiento y desarrollo de este movimiento, que se extendió después por toda Europa. El Renacimiento fue fruto de la difusión de las ideas del humanismo, que determinaron una nueva concepción del hombre y del mundo. El término «renacimiento» se utilizó reivindicando ciertos elementos de la cultura clásica griega y romana, y se aplicó originariamente como una vuelta a los valores de la cultura grecolatina y a la contemplación libre de la naturaleza tras siglos de predominio de un tipo de mentalidad más rígida y dogmática establecida en la Europa medieval. En esta nueva etapa se planteó una nueva forma de ver el mundo y al ser humano, con nuevos enfoques en los campos de las artes, la política, la filosofía y las ciencias, sustituyendo el teocentrismo medieval por el antropocentrismo.

En ese sentido, el historiador y artista Giorgio Vasari formuló una idea determinante: el nuevo nacimiento del arte antiguo (Rinascita), que presuponía una marcada conciencia histórica individual, fenómeno completamente nuevo. De hecho, el Renacimiento rompió, conscientemente, con la tradición artística medieval, a la que calificó como un estilo de bárbaros, que más tarde recibirá el calificativo de Gótico. Sin embargo, los cambios tanto estéticos como en cuanto a la mentalidad fueron lentos y graduales. El concepto actual de renacimiento será formulado tal y como hoy lo entendemos en el siglo xix por el historiador Jules Michelet.

Desde una perspectiva de la evolución artística general de Europa, el Renacimiento significó una «ruptura» con la unidad estilística que hasta ese momento había sido «supranacional». El Renacimiento no fue un fenómeno unitario desde los puntos de vista cronológico y geográfico: su ámbito se limitó a la cultura europea y a los territorios americanos recién descubiertos, a los que las novedades renacentistas llegaron tardíamente. Su desarrollo coincidió con el inicio de la Edad Moderna, marcada por la consolidación de los estados europeos, los viajes transoceánicos que pusieron en contacto a Europa y América, la descomposición del feudalismo, el ascenso de la burguesía y la afirmación del capitalismo. Sin embargo, muchos de estos fenómenos rebasan por su magnitud y mayor extensión en el tiempo el ámbito renacentista, más sobre el Renacimiento.

La astronomía en el Renacimiento.
Una de las disciplinas científicas que más se desarrolló en esta época fue la astronomía, gracias especialmente a la figura de Nicolás Copérnico: este científico polaco fue el difusor de la teoría heliocéntrica, los planetas giran alrededor del Sol, frente a la geocéntrica admitida en la Edad media, la Tierra es el centro del universo. Expuso esta teoría, basada en la de Aristarco de Samos, en su obra (De revolutionibus orbium coelestium, 1543). Este sistema fue posteriormente desarrollado por Johannes Kepler, quien describió el movimiento de los planetas conforme a órbitas elípticas (Astronomia nova, 1609). Por último, Galileo Galilei sistematizó estos conocimientos y formuló los principios modernos del conocimiento científico, por lo que fue procesado por la Inquisición y obligado a retractarse; sin embargo, está considerado por ello el fundador de la física moderna.​ Otro astrónomo destacado de este período fue Tycho Brahe, creador del observatorio de Uraniborg, desde el que realizó numerosas observaciones astronómicas que sirvieron de base a los cálculos de Kepler.​ También cabe remarcar que en 1582 el papa Gregorio XIII introdujo el calendario gregoriano, que sustituyó al anterior calendario juliano, astronomía en el Renacimiento, astromia.

Astrónomos de la época Renacentista.
Nicolás Copérnico.
Nicolas Copérnico.
Nicolás Copérnico (en polaco, Mikołaj Kopernik; en latín, Nicolaus Copernicus; en alemán, Niklas Koppernigk; Toruń, Prusia, Polonia, 19 de febrero de 1473 - Frombork, Prusia, Polonia, 24 de mayo de 1543) fue un astrónomo polaco del Renacimiento que formuló la teoría heliocéntrica del sistema solar, concebida en primera instancia por Aristarco de Samos.

Su obra maestra, "De revolutionibus orbium coelestium" (Sobre las revoluciones de las esferas celestes), fue escrita a lo largo de unos veinticinco años de trabajo (1507-1532) y fue publicada póstumamente en 1543 por Andreas Osiander, pero muchas de las ideas básicas y de las observaciones que contiene circularon a través de un opúsculo titulado De hypothesibus motuum coelestium a se constitutis commentariolus (no editado hasta 1878), que, pese a su brevedad, es de una gran precisión y claridad.

El trabajo en sí estaba dividido en seis libros:
  1. Visión general de la teoría heliocéntrica, y una explicación corta de su concepción del mundo.
  2. Básicamente teórico, presenta los principios de la astronomía esférica y una lista de las estrellas (como base para los argumentos desarrollados en libros siguientes).
  3. Dedicado principalmente a los movimientos aparentes del Sol y a fenómenos relacionados.
  4. Descripción de la Luna y sus movimientos orbitales.
  5. Explicación concreta del nuevo sistema.
  6. Explicación concreta del nuevo sistema (continuación).
Suele ser considerado como el punto inicial o fundador de la astronomía moderna, además de ser una pieza clave en lo que se llamó la Revolución científica en la época del Renacimiento. Copérnico pasó cerca de veinticinco años trabajando en el desarrollo de su modelo heliocéntrico del universo. En aquella época resultó difícil que los científicos lo aceptaran, ya que suponía una auténtica revolución.

Copérnico era matemático, astrónomo, jurista, físico, clérigo católico, gobernador, diplomático y economista. Junto con sus extensas responsabilidades, la astronomía figuraba como poco más que una distracción. Por su enorme contribución a la astronomía, en 1935 se dio el nombre «Copernicus» a uno de los mayores cráteres lunares, ubicado en el Mare Insularum. El modelo heliocéntrico es considerado una de las teorías más importantes en la historia de la ciencia occidental. Copérnico no publicó su obra en la que defendía el heliocentrismo hasta 1543, año de su fallecimiento; sin embargo, sus libros serían incluidos en el Index librorum prohibitorum (Índice de los libros prohibidos), muchos años después de su muerte como sucedió con Galileo Galilei.

El Modelo heliocéntrico.
El sistema copernicano
(De revolutionibus orbium coelestium).




Las ideas principales de su teoría eran:
  1. Los movimientos celestes son uniformes, eternos, y circulares o compuestos de diversos ciclos (epiciclos).
  2. El centro del universo se encuentra cerca del Sol.
  3. Orbitando alrededor del Sol, en orden, se encuentran Mercurio, Venus, la Tierra, la Luna, Marte, Júpiter y Saturno (aún no se conocían Urano y Neptuno).
  4. Las estrellas son objetos distantes que permanecen fijos y por lo tanto no orbitan alrededor del Sol.
  5. La Tierra tiene tres movimientos: la rotación diaria, la revolución anual, y la inclinación anual de su eje.
  6. El movimiento retrógrado de los planetas es explicado por el movimiento de la Tierra.
  7. La distancia de la Tierra al Sol es pequeña comparada con la distancia a las estrellas.
Copérnico está considerado como el precursor de la astronomía moderna, aportando las bases que permitieron a Newton culminar la revolución astronómica, al pasar de un universo geocéntrico a un cosmos heliocéntrico y cambiando irreversiblemente la mirada del cosmos que había prevalecido hasta entonces. Así, lo que se conoce como Revolución Copernicana es su formulación de la teoría heliocéntrica, según la cual, la Tierra y los otros astros giran alrededor del Sol, más de Copernico, biografía y vida.

Tycho Brahe.
Tycho Brahe.

Tycho Brahe (Tyge Ottesen Brahe) (Castillo de Knudstrup, Escania, 14 de diciembre de 1546 – Praga, 24 de octubre de 1601) fue un astrónomo danés, considerado el más grande observador del cielo en el período anterior a la invención del telescopio. Su nombre original era Tyge Ottesen Brahe.

Hizo que se construyera Uraniborg, un palacio que se convertiría en el primer instituto de investigación astronómica. Los instrumentos diseñados por Brahe le permitieron medir las posiciones de las estrellas y los planetas con una precisión muy superior a la de la época. Atraído por la fama de Brahe, Johannes Kepler aceptó una invitación que le hizo para trabajar junto a él en Praga. Tycho pensaba que el progreso en astronomía no podía conseguirse por la observación ocasional e investigaciones puntuales sino que se necesitaban medidas sistemáticas, noche tras noche, utilizando los instrumentos más precisos posibles.

Tras la muerte de Brahe las medidas sobre la posición de los planetas pasaron a posesión de Kepler, y las medidas del movimiento de Marte, en particular de su movimiento retrógrado, fueron esenciales para que pudiera formular las tres leyes que rigen el movimiento de los planetas. Posteriormente, estas leyes sirvieron de base a la ley de la gravitación universal de Newton.

La supernova de Tycho.
SN 1572.


En 1572, cuando tenía 26 años de edad, Tycho observó una supernova en la constelación de Casiopea. En aquella época se creía en la inmutabilidad del cielo y en la imposibilidad de la aparición de nuevas estrellas pero el brillo de ésta era incontestable. Inicialmente la estrella era tan brillante como Júpiter pero pronto superó la magnitud -4, siendo visible incluso de día. Poco a poco fue desvaneciéndose hasta dejar de ser visible hacia marzo de 1574. Cuando Tycho publicó las observaciones detalladas de la aparición de esta supernova se convirtió instantáneamente en un respetado astrónomo. Llamó a la estrella Stella Nova ('Estrella nueva' en latín). Tycho no fue el primero en descubrir la aparición de esta supernova, pero publicó las mejores observaciones de su aparición y de la evolución de su brillo, razón por la cual se conoce con su nombre.

Uraniborg.
Vista del edificio principal de Uraniborg.


El Uraniborg ('Castillo de Urania', en sueco) era un centro astronómico construido como un palacio entre los años 1576 y 1580 por el rey Federico II de Dinamarca y ubicado en la isla danesa de Ven (también conocida como Hven o Hveen). La isla se sitúa en el Öresund entre Selandia y Escania. Su construcción fue dispuesta por el astrónomo danés Tycho Brahe (1546–1601). El palacio Uraniborg recibe su nombre de Urania, musa de la astronomía. El palacio también disponía de laboratorios para trabajos de alquimia y los jardines fueron cuidadosamente diseñados con patrones geométricos de plantas y hierbas. Siguiendo las ideas de la época, Tycho pretendía vincular el estudio de los astros con el de los metales bajo su influencia.

En el palacio se mezclaban un lujo increíble con aposentos decorados con pinturas y estatuas y todos los instrumentos y talleres necesarios para la construcción de los instrumentos de medida diseñados por Tycho. Pronto el fastuoso Uraniborg se convirtió en un completo instituto de investigación, poseyendo incluso su propia imprenta con la que publicar sus trabajos de investigación. Su fama era tal que atrajo estudiantes y astrónomos de muchas regiones, llegando a haber hasta 40 estudiosos trabajando simultáneamente en sus instalaciones. El más conocido de sus estudiantes fue Longomontano (Christen Sørensen Longberg, 1562–1647).

Posteriormente Tycho mandó construir el observatorio Stjerneborg ('Castillo de estrellas') al descubrir que el emplazamiento del Uraniborg no era lo bastante estable para sus instrumentos de precisión. La mayor parte de los instrumentos estaban situados en subterráneos. En 1597 Tycho perdió el favor del joven rey Cristián IV y abandonó la isla de Ven. Los observatorios de Uraniborg y Stjerneborg fueron objeto de pillajes y rapiñas por los pescadores, cayendo rápidamente en ruinas.

En 1671 la Academia de Ciencias francesa envió a Jean Picard para localizar la latitud del observatorio de Tycho y verificar algunas de sus observaciones. El astrónomo afirmó que no había ningún vestigio del castillo y que tuvieron que excavar en el suelo para encontrar los cimientos, más de Tycho Brahe, biografía y vida.

Giordano Bruno.
Retrato de Giordano Bruno.


Giordano Bruno, de nacimiento Filippo Bruno (Nola, 1548 - Roma, 17 de febrero de 1600) fue un astrónomo, filósofo, matemático y poeta italiano. Sus teorías cosmológicas superaron el modelo copernicano, pues propuso que el Sol era simplemente una estrella; que el universo había de contener un infinito número de mundos habitados por animales y seres inteligentes. Miembro de la Orden de los Dominicos, propuso en el campo teológico una forma particular de panteísmo, lo cual difería considerablemente de la visión cosmológica sostenida por la Iglesia católica.

Además de estos razonamientos, sus afirmaciones teológicas también fueron otra de las causas de su condena, que lo llevaron a ser ejecutado por las autoridades civiles de Roma después de que la Inquisición romana lo encontrara culpable de herejía. Fue quemado en la hoguera. Tras su muerte, su nombre ganó fama considerable, particularmente en el siglo XIX y principios del XX.

Cosmología.
Bruno creía que la tierra gira alrededor del sol, y que la rotación diurna aparente de los cielos es una ilusión causada por la rotación de la tierra alrededor de su eje de rotación. Bruno también sostuvo que porque Dios es infinito el universo podría reflejar este hecho. 

"... el universo es uno, infinito, inmóvil... No es capaz de comprensión y por lo tanto es interminable y sin límites y a ese grado infinito e indeterminable y por consecuencia inmóvil."​

Bruno también afirmó que las estrellas en el cielo eran otros soles como el nuestro, a las que orbitan otros planetas. Indicó que el apoyo de esas creencias en ninguna manera contradecía las Escrituras o la verdadera religión. Bruno también afirmó que el universo era homogéneo, compuesto por los cuatro elementos (agua, tierra, fuego y aire), en lugar de tener las estrellas una quintaesencia separada. Esencialmente, aunque el uso de este término sea anacrónico, las mismas leyes físicas estarían operando en todas partes. Espacio y tiempo eran ambos infinitos. No había lugar en su universo estable y permanente para las nociones cristianas de la creación divina y el juicio final.

La cosmología de Bruno está marcada por la infinitud, homogeneidad e isotropía, con sistemas planetarios con vida distribuidos uniformemente a lo largo de todo el universo. Más de Giordano Bruno, biografía y vida.

Galileo Galilei.
Retrato de Galileo Galilei.
Galileo Galilei (Pisa, Toscana; 15 de febrero de 1564​-Arcetri, Toscana; 8 de enero de 1642)​ fue un astrónomo, filósofo, ingeniero,​ matemático y físico italiano, relacionado estrechamente con la revolución científica. Eminente hombre del Renacimiento, mostró interés por casi todas las ciencias y artes (música, literatura, pintura). Sus logros incluyen la mejora del telescopio, gran variedad de observaciones astronómicas, la primera ley del movimiento y un apoyo determinante a la «Revolución de Copérnico». Ha sido considerado como el «padre de la astronomía moderna», el «padre de la física moderna»​ y el «padre de la ciencia».

Su trabajo experimental es considerado complementario a los escritos de Francis Bacon en el establecimiento del moderno método científico y su carrera científica es complementaria a la de Johannes Kepler. Su trabajo se considera una ruptura de las teorías asentadas de la física aristotélica y su enfrentamiento con la Inquisición romana de la Iglesia católica se presenta como un ejemplo de conflicto entre religión y ciencia en la sociedad occidental.

Física.
Galileo realizó notables aportaciones científicas en el campo de la física, que pusieron en entredicho teorías consideradas verdaderas durante siglos. Así, por ejemplo, demostró la falsedad del postulado aristotélico que afirmaba que la aceleración de la caída de los cuerpos, en caída libre, era proporcional a su peso, y conjeturó que, en el vacío, todos los cuerpos caerían con igual velocidad.

Para ello diseñó y midió los resultados de diversos experimentos, como deslizar esferas cuesta abajo por la superficie lisa de planos inclinados con distinto ángulo de inclinación; es en cambio improbable que uno de tales experimentos consistiese en dejar caer cuerpos de distinto peso desde la torre inclinada de Pisa, como se había creído durante mucho tiempo. Entre otros hallazgos notables figuran las leyes del movimiento pendular (sobre el cual comenzó a pensar, según la conocida anécdota, mientras observaba una lámpara que oscilaba en la catedral de Pisa) y las leyes del movimiento acelerado.

La obra que le hizo merecedor del título de padre de la física moderna fue Discursos y demostraciones matemáticas en torno a dos nuevas ciencias (1638), escrita con la ayuda de su discípulo Torricelli, donde sistematizó los resultados de sus investigaciones sobre mecánica. Las dos primeras partes se dedican al estudio del equilibrio de fuerzas y de la resistencia de los materiales, y las dos últimas al movimiento de caída de los cuerpos y a la trayectoria de las proyectiles; tal división corresponde a las dos "nuevas ciencias" a que alude el título y que hoy son llamadas estática y dinámica.

Esta obra sentó las bases físicas y matemáticas para el análisis del movimiento y se convirtió en el punto de arranque de la ciencia de la mecánica, que sería continuada por científicos posteriores y culminaría con el establecimiento de los axiomas del movimiento (las leyes de Newton) en los Principios matemáticos de la filosofía natural (1687) de Isaac Newton, brillante sistematización de la física clásica que mantendría su vigencia hasta los tiempos de Einstein.

Astronomía
Telescopio de Galileo.

Sus aportaciones en el terreno de la astronomía y el estudio del universo no fueron menos importantes y quedaron recogidas en obras como El mensajero sideral (1610), Historia y demostraciones sobre las manchas solares y sus accidentes (1613) y el célebre Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo (1632), donde dejó patente a través de un debate entre los personajes la superioridad del sistema heliocéntrico de Copérnico frente al geocentrismo medieval. Pese a su título, esta última obra discurre también en torno a muchos otros temas científicos, y fue la causa del segundo proceso inquisitorial en el que el ya anciano Galileo fue condenado a reclusión perpetua, hoy en día lo denominaríamos como arresto domiciliario.

A partir de 1609, Galileo perfeccionó el catalejo, un instrumento óptico de reciente invención, hasta llegar a obtener un telescopio de sesenta aumentos. El instrumento, que hasta entonces sólo había sido utilizado con fines prácticos, como la navegación y la guerra, se transformó en sus manos en un poderoso medio para el estudio del cielo: Galileo exploró el firmamento y llegó a conclusiones que revolucionaron profundamente la manera de entender el orden del universo.

En contra de la creencia general, mostró que la superficie de la Luna no era cristalina, sino que estaba cubierta de cráteres y montañas, con lo que quedaba refutada la idea aristotélica de la absoluta perfección de los astros. La misma consecuencia tenía el descubrimiento de las manchas solares; su detenida observación le permitió además determinar el período de rotación del Sol y la dirección de su eje.

Galileo descubrió, asimismo, los cuatro satélites mayores de Júpiter, los llamados satélites jovianos,  Io, Europa, Ganímedes y Calisto, cuya existencia evidenciaba que no todos los astros giraban alrededor de la Tierra, siendo posibles los subsistemas rotatorios; y estableció acertadamente a partir de su observación que la Vía Láctea, que había sido siempre fuente de desconcierto y especulaciones entre los astrónomos, no era más que un conjunto de innumerables estrellas.

Sus observaciones desmintieron también la existencia de la octava esfera celeste en que, según el modelo de Tolomeo, se hallaban las estrellas: a través del telescopio podían verse estrellas invisibles a simple vista, lo que indicaba que estaban más alejadas; por otra parte, mientras los planetas se veían agrandados en el telescopio, la magnitud de las estrellas, a causa de su extraordinaria lejanía, no sufría una alteración apreciable. Ambos hechos le condujeron a la certera suposición de un universo muchísimo más extenso del concebido hasta entonces.

El fenómeno de las fases de Venus, que había discutido con su discípulo, el padre Benedetto Castelli, completaba sus descubrimientos astronómicos y le proporcionaba una importante prueba, aunque no decisiva, sobre el movimiento de Venus alrededor del Sol. La defensa del modelo heliocéntrico de Copérnico, contrario a la cosmología geocéntrica de Tolomeo vigente hasta entonces, le valdría la condena de las autoridades eclesiásticas; pero tal sentencia no podía arrebatarle el papel fundamental que había desempeñado en la edificación de la moderna visión del universo. Sus descubrimientos, en efecto, tendrían una decisiva trascendencia científica e incluso filosófica, ya que, al ponerse de manifiesto que el universo era más complejo y más extenso de lo que se había imaginado hasta entonces, las teorías cosmológicas vigentes desde la época de Aristóteles y sistematizadas por Tolomeo se desmoronaron.

Galileo VS La Santa Inquisición.
En 1616 Galileo fue reclamado por primera vez en Roma para responder a las acusaciones esgrimidas contra él, batalla a la que se aprestó sin temor alguno, presumiendo una resolución favorable de la Iglesia. El astrónomo fue en un primer momento recibido con grandes muestras de respeto en la ciudad; pero, a medida que el debate se desarrollaba, fue quedando claro que los inquisidores no darían su brazo a torcer ni seguirían de buen grado las brillantes argumentaciones del pisano. Muy al contrario, este episodio pareció convencerles definitivamente de la urgencia de incluir la obra de Copérnico en el Índice de obras proscritas: el 23 de febrero de 1616 el Santo Oficio condenó al sistema copernicano como «falso y opuesto a las Sagradas Escrituras», y Galileo recibió la admonición de no enseñar públicamente las teorías de Copérnico.

En 1618 se vio envuelto en una nueva polémica con otro jesuita, Orazio Grassi, a propósito de la naturaleza de los cometas y la inalterabilidad del cielo. Tal controversia dio como resultado un texto, El ensayador (1623), rico en reflexiones acerca de la naturaleza de la ciencia y el método científico, que contiene su famosa idea de que «el Libro de la Naturaleza está escrito en lenguaje matemático». La obra, editada por la Accademia dei Lincei, venía dedicada por ésta al nuevo papa Urbano VIII, es decir, al cardenal Maffeo Barberini, cuya elección como pontífice llenó de júbilo al mundo culto en general, y en particular a Galileo, a quien el cardenal había ya mostrado su afecto.

Galileo ante el Santo Ofifcio.
Pintura de  Joseph-Nicolas Robert-Fleury.
La nueva elección de Urbano VIII como nuevo pontífice animó a Galileo a redactar en 1632 la gran obra de exposición de la cosmología copernicana que había ya anunciado muchos años antes: El Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo en ella, los puntos de vista aristotélicos defendidos por Simplicio se confrontaban con los de la nueva astronomía abogados por Salviati, en forma de diálogo moderado por la bona mens de Sagredo, que deseaba formarse un juicio exacto de los términos precisos en los que se desenvolvía la controversia.

La obra fracasó en su intento de estar a la altura de las exigencias expresadas por Belarmino, ya que aportaba, como prueba del movimiento de la Tierra, una explicación falsa de las mareas, y aunque fingía mediante el recurso al diálogo adoptar un punto de vista aparentemente neutral, la inferioridad de Simplicio ante Salviati (y por tanto del sistema tolemaico frente al copernicano) era tan manifiesta que el Santo Oficio no dudó en abrirle un proceso a Galileo, pese a que éste había conseguido un imprimatur para publicar el libro en 1632.

Interpretando la publicación del Diálogo como un acto de desacato a la prohibición de divulgar el copernicanismo, sus inveterados enemigos lo reclamaron de nuevo en Roma, ahora en términos menos diplomáticos, para que respondiera de sus ideas ante el Santo Oficio en un proceso que se inició el 12 de abril de 1633. El anciano y sabio Galileo, a sus casi setenta años de edad, se vio sometido a un humillante y fatigoso interrogatorio que duró veinte días, enfrentado inútilmente a unos inquisidores que de manera cerril, ensañada y sin posible apelación calificaban su libro de «execrable y más pernicioso para la Iglesia que los escritos de Lutero y Calvino».

Encontrado culpable pese a la renuncia de Galileo a defenderse y a su retractación formal, fue obligado a pronunciar de rodillas la abjuración de su doctrina y condenado a prisión perpetua. El Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo ingresó en el Índice de libros prohibidos y no salió de él hasta 1728. Según una piadosa tradición, tan conocida como dudosa, el orgullo y la terquedad del astrónomo lo llevaron, tras su vejatoria renuncia a creer en lo que creía, a golpear enérgicamente con el pie en el suelo y a proferir delante de sus perseguidores: «¡Y sin embargo se mueve!» (Eppur si muove, refiriéndose a la Tierra). No obstante, muchos de sus correligionarios no le perdonaron la cobardía de su abjuración, actitud que amargó los últimos años de su vida, junto con el ostracismo al que se vio abocado de forma injusta.

En su retiro, donde a la aflicción moral se sumaron las del artritismo y la ceguera, Galileo consiguió completar la última y más importante de sus obras: Discursos y demostraciones matemáticas en torno a dos nuevas ciencias, publicada en Leiden por Luis Elzevir en 1638.  La obra estaba destinada a convertirse en la piedra angular de la ciencia de la mecánica construida por los científicos de la siguiente generación, con Isaac Newton a la cabeza. En la madrugada del 8 al 9 de enero de 1642, Galileo fallece en Arcetri, más de Galileo, biografía y vida.

Johaness Kepler.
Retrato de Johannes Kepler.


Johannes Kepler (Weil der Stadt, Alemania, 27 de diciembre de 1571 - Ratisbona, Alemania, 15 de noviembre de 1630), figura clave en la revolución científica, astrónomo y matemático alemán; conocido fundamentalmente por sus leyes sobre el movimiento de los planetas en su órbita alrededor del Sol. Fue colaborador de Tycho Brahe, a quien sustituyó como matemático imperial de Rodolfo II.

Las tres Leyes de Kepler.
Kepler utilizó las observaciones realizadas por otros astrónomos como Brahe para poder formular las tres leyes que llevan su nombre. Las leyes de Kepler fueron enunciadas para describir matemáticamente el movimiento de los planetas en sus órbitas alrededor del Sol.​Aunque él no las describió así, en la actualidad se enuncian como sigue:
  1. Primera Ley de Kepler: Todos los planetas se mueven alrededor del Sol siguiendo órbitas elípticas. El Sol está en uno de los focos de la elipse.
  2. Segunda Ley de Kepler: Los planetas se mueven con velocidad areolar constante. Es decir, el vector posición r de cada planeta con respecto al Sol barre áreas iguales en tiempos iguales.
  3. Tercera Ley de Kepler: Se cumple que para todos los planetas, la razón entre el periodo de revolución al cuadrado y el semieje mayor de la elipse al cubo se mantiene constante. 

La supernova de Kepler.
SN 1604.
Crédito: NASA/CXC/NCSU/M.Burkey et al; Optical: DSS
El 17 de octubre de 1604 Kepler observó una supernova (SN 1604) en la Vía Láctea, nuestra propia Galaxia, a la que más tarde se le llamaría la estrella de Kepler. La estrella había sido observada por otros astrónomos europeos el día 9 como Brunowski en Praga (quién escribió a Kepler), Altobelli en Verona y Clavius en Roma y Capra y Marius en Padua. Kepler inspirado por el trabajo de Tycho Brahe realizó un estudio detallado de su aparición. Su obra De Stella nova in pede Serpentarii («La nueva estrella en el pie de Ophiuchus») proporcionaba evidencias de que el Universo no era estático y sí sometido a importantes cambios. La estrella pudo ser observada a simple vista durante 18 meses después de su aparición. La supernova se encuentra a tan solo 13.000 años luz de distancia de nosotros. Ninguna supernova posterior ha sido observada en tiempos históricos dentro de nuestra propia galaxia. Dada la evolución del brillo de la estrella hoy en día se sospecha que se trata de una supernova de tipo I, más de Kepler, biografía y vida.

Christopher Scheiner.
Christopher Scheiner (Markt Wald, Mindelheim, Suabia bávara, 25 de julio de 1575 – Neisse, 18 de julio de 1650) fue un físico y astrónomo jesuita alemán. Fue inventor del pantógrafo que es un dispositivo con el cual es posible dibujar un objeto a escala. También comenzó la construcción de telescopios y empezó a realizar observaciones solares. Al principio colocó lentes coloreadas, pero después comenzó a usar la técnica de proyección. En marzo de 1611 descubrió las manchas solares, un fenómeno que contrariaba la idea de la perfección del Sol y, por este motivo evitó su publicación. Comunicó su hallazgo a un amigo, quien lo publicó en 1612 bajo pseudónimo.

En trabajos posteriores describió la rotación de las manchas y la aparición de fáculas. Galileo Galilei emprendió una disputa con Scheiner sobre quién había descubierto primero las manchas solares; lo que parece ser es que no fue ninguno de los dos, sino David Fabricius. Scheiner continuó con el estudio del Sol otros dieciséis años antes de la publicación de su trabajo más importante, titulado Rosa ursina. Contiene el informe de numerosas observaciones y la descripción de múltiples equipos de observación. Uno de sus resultados más valiosos es la descripción del plano de rotación de las manchas solares. 

Creó el primer telescopio terrestre y de diferentes tipos, en particular uno con dos lentes convexas, lo que mejoró de manera significativa la calidad de las imágenes. Scheiner organizó debates públicos sobre astronomía en donde se discutían temas tales como sistema geocéntrico contra sistema heliocéntrico.

Reflexiones:
El Renacimiento es la época de inflexión del ser humano en Europa, se abandona el dogmatismo imperante durante la Edad Media y su oscurantismo para poco a poco pasar al método científico y recuperar la cultura greco-latina. Pasamos del geocentrismo, la Tierra es el centro del Universo, al heliocentrismo, el Sol es el centro del Universo. A pesar de esto muchos fueron los miedos de estos hombres, el dogma de la Iglesia Católica era la Ley imperante y en muchos casos los textos se publicaron después de su muerte o con seudónimo. Casos más extremos llevaron a juicios sumarísimos con penas de muerte o reclusión domiciliaria de por vida, tan solo expongo los casos más conocidos pero la lista es muy extensa.

Se pasa de la observación <<a ojo>> a la observación con telescopios lo que supone el primer gran avance tecnológico en esta ciencia, recuerdo que el telescopio es un invento holandés, se empieza a aplicar el método científico y a la construcción de grandes observatorios de los que ya no nos quedan ni las ruinas. Comienza la separación entre astronomía y astrología. No se expone en las biografías pero las fuentes del Renacimiento beben de la ciencia árabe que es la que hizo perdurar parte de la cultura greco-latina evidentemente las fuentes de las que bebieron estos científicos debían de venir de algún sitio, a cada uno lo que es de justicia.

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